Sabías que todo aprendizaje que involucre los sentidos se guarda en la memoria a largo plazo?
Por eso los perfumes nos recuerdan a personas, los olores de la cocina nos traen sabores y las canciones nos devuelven a lugares.
María Montessori nos explica que de 0 a 6 años (la mente absorbente) es el período en que el cerebro cual esponja absorbe del medio toda la información para su desarrollo y eso ocurre a través de los sentidos.
Como una ventana que se abre para que entre la luz, el niño tiene la necesidad de tocar, probar, sentir, para apreender (con doble e) el mundo.
Luego esa ventana se cierra y no se vuelve a abrir, aunque la luz pueda entrar, ya no va a tener jamás la intensidad de ese momento.
Parecería que los adultos por más que nos esforcemos, si algo no entró por esa ventana ya no va a volver a pasar.
Yo pienso que está equivocada 😲
Hay personas que son capaces de romper la persiana e inundar nuestro cerebro adulto y dormido con una luz tremenda.
Hacernos volver a tener la capacidad de asombro.
Se llaman hijos.❤️
Y lo único que tenemos que hacer nosotros es dejarnos enseñar, observar y darles el tiempo necesario para que nos muestren cómo se siente tocar el Arcoíris🌈.